Amanece el río entre brumas y nostalgias, yo estoy ahí… emocionándome.
Me fascinan las riberas de los
ríos porque es, entre la indómita frescura verde, donde se pierde la mirada, yo estoy ahí… sosegando el alma.
Es el milagro del agua que
germina entre soles y piedras todas las simientes, yo estoy ahí… para
gozarlo.
Surge la vida entre arrullos de agua
cristalina, yo estoy ahí… regocijando el espíritu.
Cuando ante la suave brisa
palpitan las flores y reverencian las largas hierbas, yo estoy ahí…sintiendo su
perfume.
Se precipita el río chispeando
destellos y el silencio roto recuerda viejas melodías, yo estoy ahí… para escucharlo.
Cuando el misterioso fondo refleja
mi cara sin arrugas ni cansancio, yo estoy ahí…para agradecérselo.
Si mi mano crece alrededor de la
caña y se dibujan en el aire mágicos círculos proyectando alas, yo estoy ahí… olvidando
penas.
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Si al atardecer las sombras hechizan
el río y hacecillos de estrellas se prenden del cielo, yo estoy ahí…para
soñarlo.
Es el río que me prima, que me
ayuda y me cura. Es el río que me calma, que me seduce y me limpia. Es el río que me canta, que me
escucha y anima.
Es él río, el río…es la vida.
Te felicito, por saber expresar esos sentimientos.
ResponderEliminarSeguramente todos sentimos esas sensaciones, pero que difícil el saber expresarlas, plasmarlas en unas letras.
Este río que como bien describes “Es el río que me prima, que me ayuda y me cura. Es el río que me calma, que me seduce y me limpia. Es el río que me canta, que me escucha y anima. “.
También ese río me hace recordar aquellos versos de Garcilaso de la Vega allá por el año 1500, al que hacía mención D. José Vega Prieto, aquel cura-pescador que nos dejó en su Libro, varias enseñanzas sobre este deporte.
“Corrientes aguas puras, cristalinas – árboles que os estáis mirando en ellas - verde prado de fresca sombra lleno – aves que aquí sembráis vuestras querellas – hiedra que por los árboles caminas – torciendo el paso por su verde seno -:
Yo me vi tan ajeno – del grave mal que siento – que de puro contento – con vuestra soledad me recreaba – donde con dulce sueño reposaba – o con el pensamiento discurría – por donde no hallaba – sino memorias llenas de alegría.”
Es fácil comprender para un pescador, para un amante del río y de sus riberas estas palabras, quien no ha pasado por malos momentos y ha acudido a esta medicina, a donde en esa soledad se extasía con lo que le rodea y aunque solo sea por un momento, olvida, recordando aquellos momentos alegres de su vida.
Qué bonito sentir todo esto, y ver que hay algo más que sacar peces……
Un saludo y UN ME GUSTA.
Hola Venancio, bien sabemos nosotros todo lo que nos da ese río sin pedirnos nada a cambio, incluso a los que lo maltratan les regala todo su potencial. Es una pena que muchos no encuentren estos regalos tan importantes para nosotros. Un abrazo amigo.
EliminarBuena dedicación a esta fuente de vida, y magnifico reportaje, son paraísos que hay que saber disfrutar de ellos y al mismo tiempo cuidarlos. Un saludo desde Caiz
ResponderEliminarGracias compañero por tu consideración.
ResponderEliminarSaludos.
Cada día lo hace mejor y es que, escribir con el corazón hace que la tecla vaya mejor...jajaja
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena por el repotaje.
Gracias Eduardo por tu consideración. El río me da tanto que menos que agradecerselo.
ResponderEliminarSaludos.